El regreso de Sergio Tiempo, pianista excepcional, ciudadano del mundo y amante del jazz

Pianista excepcional, ciudadano del mundo y artista en constante evolución, Sergio Tiempo vuelve a la Argentina para un estreno muy especial: el concierto para piano y orquesta Universos Infinitos, compuesto por Esteban Benzecry y dedicado especialmente a él.
“¡Por fin hacemos el estreno en casa!”, dice lleno de energía y entusiasmo Sergio, que estrenó la obra en 2019, primero en Los Ángeles, con Gustavo Dudamel, luego en New York, y este año en San Pablo el estreno sudamericano. “Una obra argentina, de un compositor argentino, ¿cómo no se va a hacer en Argentina?”, se pregunta Tiempo.

La última vez que tocó en Buenos Aires fue en el Teatro Colón en 2023. “Tocar acá me encanta. Tengo un vínculo muy fuerte con Argentina, volver aquí es encontrarme siempre con la familia, con los amigos, y con la familia simbólica también. El tipo de comunicación que tengo con los argentinos en Argentina no tiene nada que ver con ninguna otra comunicación”.
El estreno local
En una charla con Clarín, contó por qué demoró tanto el estreno local de Universos Infinitos: “Fue por una cantidad de cosas, algunas relacionadas con el COVID, coordinación de fechas, en fin. Tonterías, en realidad, no porque faltaban ganas”.

-¿Cómo te sentís con esta vuelta “a casa”? Es un regreso bastante significativo: vas a estrenar una obra que, además, está dedicada a vos.
-Me encanta. Estoy feliz. El concierto fue un encargo de la Filarmónica de Los Ángeles. El momento en que Esteban empezó a escribir la obra, no estaba demasiado claro quién iba a hacer el estreno. Pero me parece que él siempre quiso hacer algo conmigo.
-¡Pero escribió pensando en vos!
-No lo sé, no lo sé. No me lo puedo atribuir.
-Figurás en la dedicatoria.
-Sí. Una vez que se concretó la obra, me puso en la dedicatoria. Después hicimos el estreno del segundo Concierto de Esteban, y ese sí, me lo escribió a mí, es decir, pensando en mí, incluso se llama Constelaciones del Tiempo. Está buenísimo, muy hermoso concierto también. Lo estrenamos en San Pablo.
-Los pianistas suelen tocar música de compositores muertos. ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con un compositor vivo y contemporáneo, colaboraste de alguna manera en las obras?
-Colaboré incluso en el primero, porque fuimos modificando algunas cosas antes de que se acercara la fecha del estreno, cosas que me parecía que eran imposibles de tocar tal como me las pedía. Y otras que me parecía que podían tener más sentido de otra manera. En realidad Esteban no necesita que le digan nada porque todo lo hace con una sabiduría increíble.
-Pero siempre el diálogo con el intérprete pude aportar un punto de vista enriquecedor, sobre todo si el compositor no es pianista.
-Es verdad que en ciertas cosas que tienen que ver con el piano, puedo aportar ciertas cosas. Siempre fue muy abierto a todo lo que tuviera para comentarle o consultarle. En sus partituras hay muy pocas indicaciones, por ejemplo, de dinámicas. Y me encanta justamente porque me da una libertad enorme. Al mismo tiempo, está tan bien escrito que las dinámicas surgen naturalmente.

-¿Cómo describirías la obra?
-La obra tiene enormes influencias amerindias. En la instrumentación, que emula una instrumentación autóctona, también hay sonidos que imitan a la fauna local. Todo esto dentro de un marco relativamente clásico. Es un mundo muy accesible el de Esteban, habla muy directamente. A pesar de la complejidad hay algo muy directo y muy natural que hace que uno entre fácil en ese universo. Es más, entrás y no te quieres ir. Es muy lindo.
-Tiene tres movimientos, cada uno con una atmosfera particular. ¿Cómo son?
-El primer movimiento es bastante clásico en algunos sentidos: hay un tema principal que se repite todo a lo largo de la obra y se va transformando, muy dinámico y enérgico. El segundo movimiento es muy místico, lento pero lleno de aventuras y pasa de un episodio a otro.
-¿Cómo es la interacción entre el piano y la orquesta?
-Es maravilloso. Sobre todo cuando, como te dije, hay unos cantos que parecen de pájaro y tienen una especie de eco en la orquesta. Y los timbres que maneja en la orquesta son fabulosos. El piano también propone cosas tímbricas, tengo que usar una baqueta y tocar adentro del piano para cambiar el color.
-Hay influencias de Ginastera, ¿no? Vos tocaste también su Concierto para piano y orquesta nº1.
-Por supuesto que sí y Esteban lo hace abiertamente. El último movimiento es una tocata un poco a la Ginastera, pero siempre con su propio vocabulario y sus propias necesidades estéticas. En Benzecry encuentro que hay algo un poco más lúdico, porque hay influencias rítmicas de todos lados, inclusive un poco de jazz, un poquito de salsa y cosas que están de alguna manera a medio camino entre una cosa y la otra.
-¿Te gusta tocar otros repertorios que no sean clásicos?
-Adoro el jazz y adoro todo ese repertorio, pero no lo hago públicamente.

-¿Podés contar los pros y contras de trabajar con un compositor vivo?.
-Contras hasta ahora no he no he experimentado. Te digo la verdad, para mí fue una maravilla. A veces te podés encontrar con algunos compositores que son muy buenos compositores, pero no necesariamente muy buenos intérpretes. Y entonces lo que piden desde un punto de vista interpretativo no le sirve la obra. Pero este no fue el caso.
-En las obras hay una verdad que va más allá del compositor.
-Sí, exactamente. Mirá, a mi nivel absolutamente de hormiguita, escribo un poco de música también. Pero lo cuento porque escribí una cosita que en su momento se la toqué a mi mujer –no es pianista ni música profesional– y ella me hizo notar que había una cosa que no funcionaba, pero no por cómo estaba escrito, sino por cómo lo tocaba. Y fue increíble porque me cambió la forma de interpretar mi propia obra…¡y funcionó!.
Vida personal y nuevos proyectos
Además de este estreno, Sergio Tiempo cuenta que al volver a Europa tiene un recital en Suiza. Y confiesa que después tendrá tiempo para preparar un programa de un disco nuevo que le quiere dedicar a mi mujer. “¡Pero no quiero que lo sepa. Va a estar integrado solamente por obras que tienen que ver con el amor”, dice.
-¿Cuánto hace que están juntos?
-Casados no hace tanto, pero juntos estamos desde hace 18 años.
-Bueno… la “niña” mayor, Mila, tiene 15 años y el pequeño Nelson 11.
-Los dos tocan, por supuesto. Aquí no se salva nadie (risas). Los dos estudian con mi mamá, pero de una manera muchísimo más light porque lo único que puse como condición es que tenían que aprender música. Nada más. No me importaba cómo, ni hasta qué punto, sólo que fuese parte de sus vidas, como ir a la escuela y aprender matemáticas, pero totalmente libres de lo que quieran hacer después. De hecho, a Mila le interesa mucho la medicina. Y Nelson, bueno, es un poco chiquito todavía, pero él siempre dice que quiere ser paleontólogo.
-¿Qué te gustaría que el público experimente cuando escuche Universos infinitos?
-Que simplemente se dejen llevar por la experiencia, porque la obra lo permite; habla de una manera muy accesible. Se llama “universos infinitos” y tiene algo que ver con eso, justamente, con la universalidad interior del ser humano.
FICHA
Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y Coro Estable del Teatro Colón
Concierto nº12, Universos Americanos
Director: Roberto Minczuk
Programa: Heitor Villa-Lobos, Chôros nº10 –sinfónico-coral–; Ástor Piazzolla, Movimientos tanguísticos porteños; Esteban Benzecry, Concierto para piano y orquesta “Universos infinitos” ; Leonard Bernstein, Danzas sinfónicas.
Función: Viernes 17 a las 20
Fuente: www.clarin.com